Tras unos minutos de tanteo inicial, Nico y Aníbal se compincharon para robar la cartera a la defensa amarilla en la medular, con metros para correr. ‘El Mariachi’ cabalgó hacia el área enemiga y en el último instante fue derribado dentro del área por Pablo Íñiguez. Penalti y amonestación. Por partes. Ernesto lanzó el penalti pero tiro al centro, flojita y un poco desviado a la izquierda, demasiado fácil para Mariño. El cancerbero blocó sin problemas. El héroe de Anduva, destacado por el gol del ascenso, se le vino el partido cuesta arriba.La suerte unas veces te da la cara y otras, la espalda. Por el bando castellonense, el técnico Julio Velázquez castigó al autor del delito, Pablo Íñiguez, sustituyéndole después de cometer la infracción. Pese al error, el filial no aprendió la lección y siguió concediendo pasmosas facilidades en la retaguardia.
Había un océano entre los centrales y Aníbal se colaba entre ellos quedando muchas veces libre de marca. La sensación era que el Depor podía dar por finiquitado el partido en la primera parte. También a balón parado se mostraba novato y débil el cuadro amarillo. De hecho, en sendas acciones consecutivas en faltas laterales pudo llegar la igualada. En ambas buscó Ernesto a Javi Barral entrando al primer palo pero en ambas el colegiado señaló fuera de juego. La segunda, pasado ya el minuto 20, acabó en las mallas... pero el Depor se quedó con su gozo en un pozo al ver al línea con el banderín levantado. Del ‘submarino amarillo b’, ni rastro en ataque. Alguna ataque aislado de Moi por la derecha y la incansable presión de Joselu, pero poca presencia en los aleros y escasa profundidad al cabo. Enfrente, el Depor transitaba cómodamente madurando a su rival como si el gol fuera cuestión de tiempo.
Francamente, los morados parecían controlar la papeleta. La necesidad de obtener el triunfo, tampoco provocó prisas al conjunto de Terrazas. Por otro lado, resultaba curioso como los alcarreños generaban más peligro bajo la posesión visitante que bajo la suya propia. Robar rápidamente y coger desprevenido al rival era su mejor argumento, mucho más que atacando la defensa estática del Villarreal B. Todo transcurría según mandan los cánones pero se desmoronó en el minuto 41. Un i fallo de despeje de Javi Barral en un barullo tuvo la culpa. El balón cayó manso a los pies de Moi y éste mandó el balón a la red por el palo corto de Mikel Saizar, que por aquél entonces se convertía en el portero más goleado de la Liga Adelante. Tras un primer tiempo muy aseado del Depor, era el ‘submarino amarillo’ el que se adelantaba en el luminoso. Tocaba remar a contracorriente, qué remedio. En cambio, el plan le salió a la perfección al Villarreal. Se fue a la caseta con ventaja de un gol y ello fue un mal menor ya que Joselu perdonó el 0-2 en un mano a mano con Saizar en el tiempo añadido. Los morados ya sienten el descenso en la nuca, están a solo cuatro puntos. Que Dios nos pille confesados.
Había un océano entre los centrales y Aníbal se colaba entre ellos quedando muchas veces libre de marca. La sensación era que el Depor podía dar por finiquitado el partido en la primera parte. También a balón parado se mostraba novato y débil el cuadro amarillo. De hecho, en sendas acciones consecutivas en faltas laterales pudo llegar la igualada. En ambas buscó Ernesto a Javi Barral entrando al primer palo pero en ambas el colegiado señaló fuera de juego. La segunda, pasado ya el minuto 20, acabó en las mallas... pero el Depor se quedó con su gozo en un pozo al ver al línea con el banderín levantado. Del ‘submarino amarillo b’, ni rastro en ataque. Alguna ataque aislado de Moi por la derecha y la incansable presión de Joselu, pero poca presencia en los aleros y escasa profundidad al cabo. Enfrente, el Depor transitaba cómodamente madurando a su rival como si el gol fuera cuestión de tiempo.
Francamente, los morados parecían controlar la papeleta. La necesidad de obtener el triunfo, tampoco provocó prisas al conjunto de Terrazas. Por otro lado, resultaba curioso como los alcarreños generaban más peligro bajo la posesión visitante que bajo la suya propia. Robar rápidamente y coger desprevenido al rival era su mejor argumento, mucho más que atacando la defensa estática del Villarreal B. Todo transcurría según mandan los cánones pero se desmoronó en el minuto 41. Un i fallo de despeje de Javi Barral en un barullo tuvo la culpa. El balón cayó manso a los pies de Moi y éste mandó el balón a la red por el palo corto de Mikel Saizar, que por aquél entonces se convertía en el portero más goleado de la Liga Adelante. Tras un primer tiempo muy aseado del Depor, era el ‘submarino amarillo’ el que se adelantaba en el luminoso. Tocaba remar a contracorriente, qué remedio. En cambio, el plan le salió a la perfección al Villarreal. Se fue a la caseta con ventaja de un gol y ello fue un mal menor ya que Joselu perdonó el 0-2 en un mano a mano con Saizar en el tiempo añadido. Los morados ya sienten el descenso en la nuca, están a solo cuatro puntos. Que Dios nos pille confesados.
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